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Fortalece el sistema inmune, mejora la utilización de nutrientes e incrementan la cantidad de energía disponible para la actividad física del caballo. Optimiza la digestión de la fibra y almidones, previniendo problemas metabólicos como cólicos, ulceras gástricas y laminitis. Favorece la síntesis y definición del músculo, disminuye estrés, acumulación de ácido láctico y retarda la aparición de la fatiga cuando el caballo se somete a esfuerzos físicos o bien cuando es trasladado.
Mejora la apariencia física del animal (pelo más firme y brilloso). En hembras mejora la captación y utilización de nutrientes hacia el feto durante la gestación e incrementa la cantidad y calidad del calostro, generando potrillos con mejores defensas y mayores tasas de crecimiento.